Sumo fue una de las bandas más importantes de los ‘80, dejó un legado fundamental y canciones que forman parte de la historia del rock nacional. Con el corazón puesto en el oeste del conurbano bonaerense, se transformó en una referencia para las siguientes generaciones y las bandas under que surgieron en nuestros barrios.
La banda nació en 1981 en la ciudad de Nono, en las sierras de Córdoba, cuando Luca Prodan decide radicarse en Argentina para alejarse de su adicción a la heroína. Sin embargo, sentó sus bases en Hurlingham y El Palomar y comenzó a desarrollarse en pequeños bares del oeste. Para hablar de sus comienzos hay que remontarse a Londres, Inglaterra, cuando Luca Prodan y Timmy Mckern eran compañeros de escuela. Entablaron una gran amistad que continuó por carta cuando Timmy se instaló en Argentina en 1979.
En Córdoba conoció al cuñado de Timmy, Germán Daffunchio, y a su amigo Alejandro Sokol. Comenzaron a zapar y al tiempo, entusiasmado con los nuevos sonidos que nacían, Luca viajó a Europa para vender su departamento de Londres y con ese dinero comprar equipos de sonido e instrumentos para la banda. De regreso a Argentina trajo a la baterista Stephanie Nuttall para completar la primera formación de Sumo: Luca Prodan (voz), Germán Daffunchio (guitarra), Alejandro Sokol (bajo) y Stephanie Nuttall (batería).
El primer recital de Sumo fue en febrero de 1982 en el Pub Caroline de Ciudad Jardín, en el primer piso de una galería comercial frente a la plazoleta Güemes, en Boulevard San Martín y De los Aromos. Era una confitería, con pocas mesas y sin escenario. Apenas un puñado de personas fueron testigos esa noche del nacimiento de una de las bandas más emblemáticas del rock nacional.