La vida artística de Gustavo Santaolalla (1951) está íntimamente relacionada con el barrio de su infancia y adolescencia: Ciudad Jardín. Antes de que Los Ángeles se convierta en su lugar de producción musical, esta pequeña aldea en medio del conurbano bonaerense sería su espacio de creación. En el patio de su casa de la calle De los Geranios, sentado en un banquito e inspirado en el barrio, comenzó a escribir “Mañana campestre”, tema icónico de los primeros años del rock nacional y de Arco Iris.
Por entonces, Ciudad Jardín era un barrio que recién nacía, con muchos espacios verdes, calles de tierra y zonas descampadas. Como casi todos los chicos del barrio, Gustavo jugaba a la pelota en los campitos, por donde un siglo atrás habían pasado las tropas de Rosas y Urquiza en la Batalla de Caseros. Fue al Jardín Pinocho, tomó su primera comunión en la calle De las Tipas y estudió en el Gartenstadt Schule, colegio de tradición alemana.